Nadie quiere tener un swing flojo con el que sólo se consiga mandar la bola a pocos metros de
distancia…
Pero igualmente preocupante en un jugador amateur es un swing con excesiva potencia; ya que en la
mayoría de las ocasiones ese exceso de potencia se traducirá en golpes desviados y poco eficaces.
De hecho, el swing excesivamente potente es una de las principales causas de slice: se coloca
ante la bola, pensando únicamente en lanzarla todo lo lejos que su fuerza lo permita y olvida de que imprimiendo esa potencia al golpe correrá el serio riesgo de mandar la bola al lado totalmente contrario al deseado.
Para corregir este problema existe un antiguo y sencillo ejercicio: hacer swings con los brazos
enlazados por encima de los codos.
Para ello, coja una banda (un pañuelo atado, por ejemplo o un cinturón), que colocará por encima de los codos.
Manteniendo los brazos de esta forma constantemente, realice varios swings.
Esta forma de enlazar los brazos hace que éstos se mantengan separados a la distancia correcta a lo
largo de todo el golpe, evitando que los codos tomen en el swing un protagonismo que no les
pertenece y que provoca ese incremento de la potencia no deseado.
Le recomiendo que repita varias veces este ejercicio y, ocasionalmente, pruebe a desarrollar
esta posición sin la ayuda del pañuelo.
Deberá practicar hasta conseguir que sus brazos se coloquen correctamente a la hora del swing, sin
necesitar de ningún elemento externo, de manera que termine por convertirse en un movimiento
totalmente natural.
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